martes, 19 de mayo de 2009

LOS HOMENAJES


Quisiera hablar de los homenajes. Y es que leo los periódicos y casi todos los días escriben algún articulo homenajeando a alguien y me parece bien; me parece estupendo siempre que el homenajeado se lo merezca, y que el homenajeante lo haga sabiendo lo que ha hecho el homenajeado.
Se han hecho muchos homenajes a personas ilustres que han hecho verdaderas proezas para la humanidad, como científicos, médicos, escritores etc..etc..., también a otros que no han hecho otra cosa que pasar por el mundo con la única misión de ensuciar la historia.
Yo hoy con esta nota quiero homenajear a una persona, que no ha hecho nada grande para la humanidad, pero tiene lo más importante que un ser humano puede tener, es buena, yo creo que es muy perdurable en la historia de una persona que digan que hizo tal o cual hazaña, pero si después de su meritoria gesta dicen fue un buen.... pero que cabrón era, ya le resta méritos; sin embargo yo homenajeo a una mujer, que no ha hecho nada fuera de lo común, pero cuando falte (Dios quiera que sea dentro de muchos años) nadie podrá decir nada malo de ella.
Pero si no ha hecho ninguna proeza para la humanidad, para mi si las hecho; yo respeto mucho a la mujer trabajadora, o sea con profesiones remuneradas, pero Udes me perdonaran si siento algo más especial por las amas de casa, quizás sea por estar influenciado y haber tenido en mi familia más amas de casa que profesionales. Las proezas que ha hecho estas mujer son cosas comunes como: tener tres hijos, cuidar a su madre (con cáncer) y a su suegra (con Alzheimer) hasta sus muertes, cuidar a su hermana oligofrenica, y que sin ser María San Gil, ni la Mari de Chambao, ni Luz Casal, (que estas si han hecho cosas que merecen homenajes), ella también ha superado un cáncer de mama (Desde aquí mi agradecimiento a mi amigo Dr. José Evaristo, al Dr. Reina, al Dr. Baena y al Dr. Alonso y a todas las enfermeras, que la ayudaron a curarse) sin quejarse, sin perder la sonrisa y en vez de pedir ayuda, ayudar, por que yo veía lo mal que lo pasaba con la “quimio”, pero le preocupaba más el bien estar de las personas de su alrededor que su propia enfermedad. En fin ella ha hecho cosas sencillas, sin merito, que no merecen un párrafo en un periódico, pero yo hoy le rindo este homenaje a mi mujer, y quiero decir, que no se si Dios existe, (pues a nadie se le debe mandar una enfermedad así), pero si existe le doy las gracias por los cuarenta años que llevo a su lado, y no me importaría vivir otros cuarenta, pero siempre a su lado.
Así que para ella (para la Beli) es este pequeño homenaje, por que es para mi lo más importante del mundo, y a ella le debo, la felicidad, el amor y la vida.

Michael Table